Yo era un chico moderno.

Como ser creativo tiene onda, yo me puse un blog. Lo hice para escribir distintas cosas y por ahí una poesía. Pero con eso sólo no basta, así que también hago música, un poco de todo: jazz (que está super bien visto) y un poco de todo (metal ya no, porque está más bien out).
Para seguir con la necesidad de expresarme dije: “-En las vacaciones saco unas fotos, fotos raras, personales.” Y eso pasó, saqué muchas fotos; a las varices de un turista alemán, a un tipo que se parecía al de family guy, a un cangrejo y a mis pies. Todas muy ocurrentes.
No sólo eran fotos con chispa, sino que compartían un estilo, una marca común. Estaban todas mal, muy mal sacadas, algunas tenían problemas con la luz y otras estaban movidas, pero todas bien mal.
Creo que de mi estilo fue responsable, en gran parte, mi afición por el Zoom (por el ruidito que hacía el zoom: stsssttsststshh), le daba todo el tiempo a la ruedita: acercaba y alejaba a lo loco. Esta práctica me trajo un sinfín de críticas, hasta se me acusó de haber arruinado el viaje con mis fotos.
Paradójicamente la persona responable de insultarme y arrancar la cámara de mis manos al grito de : “- ¡Dejate de joder con el zoom!” , publicó una de mis masterpieces en un fotolog que se dedica a postear fotos de gente dormida. Ahí va la dirección :
Estamos Dormidos